sábado, 11 de enero de 2014

Una fiesta de fantasmas.

Había una vez unos fantasmas que vivían en un castillo muy grande y espacioso para que cada Luna Nueva se hiciera una fiesta pero no una fiesta cualquiera, una gran fiesta de los fantasmas. Porque iban todos los fantasmas del Mundo. Aunque siempre había un duende que planeaba meterse en la fiesta pero siempre le pillaban, pero esta vez sería diferente, ya que un mago le dio una poción mágica para que se convirtiera en fantasma. Para ello tenía que conseguir madera de Irlanda, un buey y un perro. Y lo consiguió pero no murió de milagro. Entró a la fiesta y se dio cuenta que era aburridísima porque jugaban a la oca y al parchís y se fue de la fiesta para irse a dormir. Lo único que no sabía nuestro duende es que la gran fiesta de fantasmas comenzaba a las doce de la noche y otra vez se perdió la fiesta de los fantasmas.
(Joaquín Ramiro. 6º curso)

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