sábado, 11 de enero de 2014

Los Reyes Magos

Apenas su Madre se había sentado, al llegar a casa, dispuesto a escuchar, como todos los días, lo que su hijo hacia en el colegio, éste en voz baja, como con miedo le dijo:
-        ¿Mamá?
-        Sí, hijo, cuéntame.
-        Oye, quiero… que me digas la verdad.
-        Es que … -titubeo Sergio con un poco de miedo-
-        Mamá, ¿existen los Reyes Magos?
-        La madre de Sergio que se quedo muda, miro a su marido, intentando descubrir el origen de aquella pregunta.
-        Los chicos del cole dicen que son los padres. ¿Es verdad?
La nueva pregunta de S ergio le obligo a volver la mirada hacía el chico y tragando saliva le dijo:
-        ¿Y tú qué crees, hijo?
-        Yo no sé mamá: que sí y que no. Por un lado me parece que sí que existen porque no me engañas; pero como los chicos dicen eso.
-        Mira hijo efectivamente son los padres los que ponemos los regalos pero…
-        ¿Entonces es verdad? -corto Sergio con los ojos humedecidos-. ¡ Me habéis engañando¡
-        No, mira, nunca te hemos engañado porque los Reyes Magos sí que existen -respondió la madre cogiendo con sus dos manos la cara de Sergio.-
-        Entonces no lo entiendo, mamá.
-        Siéntate, cariño, y escucha esta historia que te voy a contar porque ya ha llegado la hora de que puedas comprenderla –dijo la madre, mientras señalaba con la mano el asiento a su lado.

 Cuando el Niño Dios nació, tres Reyes que venían de oriente, le llevaron regalos y el Niño se puso tan contento que el rey Melchor, dijo:
-         Deberíamos llevar regalos a todos los niños del mundo
-        Pero Gaspar comentó, aunque  somos magso, ya somos ancianos y nos resulta difícil recorrer el mundo entero entregando regalos a todos los niños.
-        No os preocupéis por eso  -dijo Dios-. Yo os voy a dar, no uno si no dos pajes para cada niño que hay en el mundo.
-        Pues decidme, queridos Reyes: ¿Ay alguien que quiera mas a los niños y los conozca mejor que sus propios padres?
-        Puesto que así lo habéis querido y para que el nombre de los Tres Reyes de Oriente todos los niños del mundo reciban algunos regalos, Yo ordeno que en Navidad, todos los padres se conviertan en vuestros pajes.
(Sergio Lerida. 6º curso)

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