miércoles, 8 de enero de 2014

Una bruja muy malvada

Un abuelo les iba a contar una historia a sus nietos, era una historia de miedo y de misterio.
La historia contaba lo siguiente: en un castillo vivían un duende un mago y muchos niños, una noche había luna llena, los fantasmas salieron y las brujas también, los cuervos se posaban en los árboles, las brujas echaban hechizos, los fantasmas asustaban.
El mago era muy poderoso fuerte y trabajador, de mascota tenía un loro de muchos colores muy bonitos y hablaba mucho pero al mago no le importaba, al contrario le gustaba.
Una noche las brujas entraron al castillo y les echaron un hechizo a los niños para que se pusieran enfermos y así fue, a los niños se les lleno la cara de  granitos, tenían fiebre, y tos.
Para quitarle el hechizo a los pobres niños el mago debía enfrentarse a la bruja y convertirla en piedra.
Un día a mediodía mientras el duende cuidaba de los niños enfermos el mago se fue a enfrentarse con la bruja, el mago pensaba que todo iba ha salir bien pero salió regular porque el no se esperaba que la bruja fuese tan buena en magia.
El mago volvió a su castillo, los niños seguían enfermos, entonces el duende vio un globo que de iba ha chocar con la ventana entonces la abrieron y vieron que dentro del globo había una carta que decía lo siguiente: querido señor mago para ganar a la bruja deberías ir a Egipto porque allí  sus poderes funcionan peor con el calor y le podrás ganar, pero tendrá que ir antes del anochecer.
Entonces el mago estaba dispuesto y fue antes del anochecer, la bruja estaba esperándole sentada y muy tranquila, porque no le había visto al mago, entonces el mago cuando la vio rápidamente le echo el hechizo, la bruja se convirtió en piedra los niños se curaron de la enfermedad misteriosa porque no se sabía que era realmente entonces el loro dijo que montaran una fiesta, todos aceptaron y en la fiesta los invitados especiales eran los fantasmas.
La fiesta tenia de todo tarta, pasteles, golosinas......
Los fantasmas estaban un poco tristes porque lo que se tragaban se les caía entonces tenían mucha hambre pero no les importaba estaban muy contentos porque estaban en la fiesta bailando y divirtiéndose como el mago el duende y los niños, a y no nos olvidemos del loro.
(María Fernández. 6º curso)

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