Estaba yo, con mi familia, en un restaurante cenando. Al día
siguiente, teníamos que ir al colegio, por eso intentamos no retrasarnos mucho,
íbamos a dar el dinero al camarero cuando un grupo de criminales llegaron al
restaurante. La gente, presa del pánico, comenzó a gritar y mujeres mayores, se
desmayaron. Los forajidos le dijeron al director del restaurante que les diese
el dinero, el jefe era un tacaño y empezó a negarse, finalmente, entregó
el dinero. Iban a salir cuando les
explicaron todo, en realidad era una prueba de unos policías para ver como
reaccionaba la gente. La nota media fue un 0. Y nos enseñaron como actuar si
eso pasaba. Espero que no ocurra…
(Santiago Martín de la Sierra.6º curso)
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