Se acercaba la
fecha de Halloween, y buscando historias de miedo encontré un extraño y viejo
diario en el desván de la casa de mi abuela; enseguida me sentí atraída y no
pude evitar leerlo:
“…en la llamada noche de los muertos, mis tres
amigos y yo nos reunimos para invocar a los espíritus con una extraña tabla -la Tabla de la Ouija-.
Pensamos que lo
mejor sería reunirnos en una vieja casa abandonada, nos sentamos en el suelo
iluminados por una vela y en el centro la tabla. Nos pusimos todos hacer
preguntas y aquello no parecía moverse, cuando de pronto se fue marcando por si
solo un nombre, Amanda, y a partir de ese momento el miedo se apoderó de todos
nosotros, nos parecía escuchar sonidos por todos lados y cuál fue nuestra
sorpresa cuando al mirar a un lado un gato negro de ojos amarillos y dientes
afilados nos miraba atentamente. Intentamos ahuyentarlo pero el gato no se
movía, nos miraba fijamente estábamos muertos de miedo, el gato estuvo
mirándonos de este modo bastante rato en el que estábamos paralizados y los
ruidos extraños se oían por todos lados. Al final el gato se marchó de allí y
nosotros también pero decidimos que nunca más usaríamos esa tabla aunque el
nombre de Amanda era un enigma para nosotros y al cabo de un tiempo pensábamos
que intentaríamos descubrir la historia de este nombre…”.
Cerré el diario,
pensando si esa historia sería verdadera, y al alzar la vista un gato negro de
ojos amarillos y dientes afilados me miraba fijamente.
(Elena Martínez. 6º curso).
Escalifiante y muy chula
ResponderEliminaryo si hubiera visto el gato de la historia tendria mucho miedo,¿que pasara con Amanda?
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