Érase una vez , hace mucho , mucho
tiempo ... en una pequeña isla en el Mediterráneo , había un pueblecito
con casas blancas que miraban al mar . Allí vivía una familia que apenas
tenían para comer , estaban pasando por unos momentos difíciles y lo
peor es que se estaba aprximando la Navidad .
El padre de la
familia , Dionisio no sabía que hacer para ganar dinero y que su mujer y
sus hijos pudieran sentarse a la mesa una noche tan especial y poder
llevarse algo a la boca .
Entonces se le ocurrió que podría
subir al monte , cortar algunos pinos e intentar venderlos en la plaza
del pueblo . Y así lo hizo , cogió su hacha y cortó unos cuantos árboles
, excepto uno más pequeño que se resistía a partirse y continuaba
agarrado a la tierra con fuerza . El hombre se dió por vencido y allí
dejó el pequeño arbolito . Los demás pinos los echó a la furgoneta y se
fué al mercado a venderlos .
Sólo faltaban dos días para la Navidad , y aún no había vendido ningún árbol .
Esto
era normal , casi todos los habitantes del pueblo estaban igual de mal
económicamente que nuestro protagonista , ya que hacía unos meses que
habían cerrado la fábrica y todos se habían quedado sin trabajo.
Fué
entonces cuando Dionisio pensó que lo único que podría hacer es regalar
esos árboles a quienes cómo a él no pudieran pagarlos . Fué dejandolos
casa por casa y todos se lo agradecieron .
Llegó , por fin la
Nochebuena , todos estaban en casa de Dionisio junto al fuego cantando
villancicos y dando gracias a Dios por estar todos sanos cuando ... de
repente ... sonó la puerta ... Abrieron , pero allí no había nadie -
sólo el pequeño arbolito con una estrella que brillaba cómo el sol y a
sus pies algunas cosas para comer , un pavo , un poco de queso , pan ,
vino ...
¡ Qué felicidad ! - esta era la respuesta de sus
vecinos a la generosidad de Dionisio y el arbolito fué la respuesta del
Niño Dios a una familia que creía en él y eran muy buenas personas .
Juan Moraga (5º A)
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