sábado, 5 de enero de 2013

Un amigo invisible de verdad

Mi madre dice que los amigos invisibles no se pueden ver, la verdad es que no se cansa de decirlo, y de oír mi respuesta, que no suele variar así como así que es:
-Entonces, ¿cómo es que lo estoy viendo ahora mismo?
Pero hoy, es diferente, pues, les he visto hablar:
-No se que hacer, ¿no crees que ya es mayor para esa chorrada?
Marcos, mi amigo invisible se echó a llorar; entonces, nos fuimos al bosque de la ciudad. Estuvimos todo el día ahí, jugando, hasta que empezó a oscurecer, por tanto intentamos volver. Bajábamos la última cuesta cuando caí accidentalmente en una zanja, mi amigo invisible me salvó al encontrar una cuerda y salvarme. Cuando llegamos a mi casa se lo contamos a mis padres y aunque no se lo creyeron yo sabía que había pasado porque lo había visto.
(Santiago Martín de la Sierra. 6º curso).

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