viernes, 28 de diciembre de 2012

El amigo invisible del golf

A veces querría tener un amigo invisible. Para ayudarme. Y después de lo que ocurrió en el torneo de fútbol...  Lo necesitaba más que nunca.
Los jueces eran el obstáculo y  es que les tiré sin querer el balón a la cara, necesitaba mucha ayuda, aunque no se me daba mal. Necesitaba a alguien que    aunque fuera el mejor desviara la pelota en el torneo de pádel y el público me aclamara ganador. Después de muchos ensayos
se me daba genial , pero a alguien se le podía dar mejor que a mi,  seguí entrenando. Ese día pasó lo impensable, cuando pedíamos el aguinaldo en el pueblo vi algo en la parte superior del castillo de la colina, que hace poco habían comprado una pareja. Decidimos ir allí cuando llamamos nos abrieron  y de la puerta salió una luz, aunque solo la vi yo y la seguí ,de repente se convirtió en una especie de humo que era imposible de ver, no hablaba.Extrañamente me siguió a todos sitios ,incluso a entrenar. Llegó el gran día de la final de pádel, lo hice genial, pero una se me quedó corta y misteriosamente se acercó a mi la pelota y le dí. Los jueces estaban a punto de dictar el ganador y... Gané dije , pero ya sabía quien había movido la pelota, el fantasmilla. Aunque me miraban con cara de asco me dieron el trofeo.
¡He ganado!
(Rodrigo González Rivero. 6º curso)

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