En la familia de Lorena ya había ocurrido que a sus
hermanas les habían acariciado el pelo, la espalda o incluso empujado... La
noche en que le ocurrió a Lorena este breve episodio dormía sola. Compartía
habitación con su hermana pequeña, pero ella no estaba. Se abrazó a la
almohada, dejándose llevar por el sueño estirada y con el rostro hacia el
techo. La almohada estaba agarrada por su brazo izquierdo, y allí
permaneció.
Cuando parecía que pensaba que ya estaba
empezando a dormirse ocurrió: Un golpe seco debajo de su ombligo la despertó de
golpe. Casi se levantó pero no lo hizo, tan solo permaneció quieta mirando a su
alrededor y analizándolo todo: la almohada no había sido, seguía abrazada a su
izquierda... estaba sola, nadie había tenido tiempo de entrar, tan rápidamente
e incluso pegarle y luego salir... (Continuará). (Washington de la Cruz. 6º curso).
bueno y muy interesante da un poco de miedo pero esta bien
ResponderEliminarmuchas gracias Dario
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